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¿Estamos preparados para teletrabajar?

18/06/2020, Escrito por 0 comment

De la noche a la mañana España pasó de tener un 4% teletrabajadores a un 80%. ¿Estaban las empresas y los trabajadores listas para esta revolución laboral? La respuesta es rotundamente no. El hecho de que la transición al teletrabajo fuese imprevista e impuesta cogió a las empresas sin una preparación consecuente.  Esta transformación requería de una planificación adecuada tanto desde el punto de vista tecnológico como organizativo. Esta improvisación ha implicado para los trabajadores una carga extra de estrés, porque la ineficiencia generada por la falta de medios y preparación, se ha compensado con horas de los trabajadores (de media la jornada se ha extendido unas dos horas).

En este proceso, en la mayoría de las empresas se ha encontrado a faltar:

Adaptación al teletrabajo

  • Tecnología adecuada: En el mercado hay soluciones disponibles para todas las necesidades, pero ha faltado la inversión de las empresas para implantarlas.  Las empresas han utilizado la tecnología para mejorar la eficiencia y reducir costes, o como canal de venta comercial, a través de páginas web, pero no para cambiar la forma de trabajar. Las innovaciones no se han orientado a sus propios trabajadores, y resulta complicado realizar este cambio repentinamente. Para teletrabajar se necesita una buena conexión a Internet, así como el dispositivo y el software adaptado a las necesidades laborales.
  • Formación tecnológica: Muchos empleados no habían realizado jamás una videoconferencia o habían utilizado herramientas de trabajo en la nube. De un día para otro su trabajo depende de ellas y eso resulta difícil de improvisar. La mayoría de las empresas admite que su personal no tiene competencias adaptadas a la era digital, pero sólo un tercio ofrece formación en esta área. 
  • Formación en teletrabajo: Trabajar a distancia no sólo requiere saber utilizar herramientas de comunicación, hay que saber organizar las jornadas de trabajo, gestionar bien las relaciones con los compañeros y clientes mediante las herramientas de telecomunicaciones para mantener una comunicación fluida, evitando el aislamiento y malos entendidos.
  • Cultura del teletrabajo: Es necesario un cambio de mentalidad que tiene que ir de arriba a abajo. El principal ingrediente es la confianza, el jefe no puede estar llamando a todas horas al trabajador para ver qué está haciendo. Debe organizar el trabajo, establecer unos objetivos mensuales o trimestrales y realizar reuniones de seguimiento. En resumen, hay que vencer dos grandes tótems: el presentismo como garantía de rendimiento y el control constante como forma de Dirección.
  • Ciberseguridad: El hecho de no estar preparados ha llevado a algunas empresas a elegir de forma precipitada cualquier solución tecnológica que no siempre era la mejor o la más segura. Conexiones wifi no cifradas, dispositivos sin protección adecuada o software inseguro ponen en riesgo la privacidad de los datos y la seguridad de los equipos porque generan vulnerabilidades que los hackers podrían aprovechar.
  • Espacio de trabajo acondicionado: Teletrabajar implica trabajar desde cualquier lugar, pero eso no quiere decir que este espacio no tenga que tener unas características determinadas. Debe ser un lugar con suficiente espacio, iluminación adecuada, silencioso, mobiliario cómodo: Se puede responder un email desde la tablet en el sofá de casa, pero no puede realizar la jornada completa de este modo. El mero hecho de no haber previsto un espacio para poder trabajar desde casa, está generando muchos conflictos familiares.

Adaptación al teletrabajoY, sobre todo, dadas las circunstancias extraordinarias, se le ha añadido el estrés del miedo a la pandemia y la necesidad en muchos casos de cuidar de los hijos durante la jornada laboral.

Los empleados han resistido, no teletrabajado

Por todos estos motivos, se podría decir que lo que se ha realizado estos últimos meses no ha sido teletrabajar, sino sobrevivir laboralmente a una situación de emergencia.

A pesar de todo esto, las empresas han seguido funcionando y ha sido gracias al esfuerzo titánico de los trabajadores, que han sobrellevado la carga física y mental que esta situación ha supuesto. Han logrado completar sus tareas, pero eso no quiere decir que el teletrabajo tenga que implicar un estrés y carga extra para los trabajadores. Esta situación no sería sostenible de forma permanente.

¿El teletrabajo mejora la calidad de vida de los trabajadores?

Actualmente, sólo un tercio de los trabajadores querría seguir teletrabajando una vez termine esta crisis (IV Encuesta Funcas sobre el coronavirus). Habrá que luchar contra la mala fama que ha podido coger esta forma de trabajar entre los empleados debido a la forma de implantación y las Adaptación al teletrabajocircunstancias en las que se ha realizado. Habrá que convencerlos de que realmente facilita la conciliación y no implica más trabajo y estrés.

El teletrabajo puede tener muchos beneficios, entre ellos: flexibilidad para conciliar la vida personal, ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos o un mejor aprovechamiento de las franjas personales más creativas y productivas.

Las empresas deben adaptarse para conseguir un buen rendimiento y lograr que el teletrabajo suponga una mejor calidad de vida de sus trabajadores. Para ello deberán implantar las herramientas tecnológicas adecuadas y formarlos para permitir a sus empleados ofrecer la mejor versión de sí mismos desde sus casas. Esto es una revolución y requiere formación para adaptarse a la nueva situación. Es una oportunidad para todas las empresas y trabajadores lograr una conciliación real.